Una cita literaria exprés con Gabriel Rudas

Gabriel Rudas Conversa con la Luciérnaga Gabriel Cortés, en el espacio de entrevistas de los Escritores De la Luciérnaga RÁFAGAS: CITA LITERARIA EXPRÉS.

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¡Bienvenidas y bienvenidos a la séptima entrega de Ráfagas Cien Años de La Vorágine! En esta edición, exploraremos la selva infernal de José Eustasio Rivera Salas con Gabriel Rudas, doctor en Literatura Latinoamericana de la Stony Brook University de Nueva York y distinguido docente de Literatura en la Universidad Javeriana. ¡Sin más preámbulos, iniciemos las ráfagas de hoy!

¡Unas cuantas solicitudes!

Condensa la vida de José Eustasio Rivera Salas en una palabra o frase:

Gabriel Rudas: Quiso el prestigio para destruirlo, quiso la poesía para hacerla estallar.

Rivera novelista, poeta o dramaturgo:

Gabriel Rudas: Definitivamente novelista. En los otros dos géneros fue más obediente, más domesticado. Era lo que se esperaba de un «buen» escritor. A pesar de su manía por controlarlo todo, la novela se le sale de las manos y allí está lo mejor.

Soneto predilecto de Tierra de Promisión: 

Gabriel Rudas: El 23. Creo que lo sensorial le gana a la convención modernista.

Nombre alternativo para La Vorágine:

Gabriel Rudas: Aunque no se me ocurre un mejor nombre, creo que La fiebre, hubiera sido una opción más o menos aceptable. Incluso Los devoró la selva. Pero esos son nombres predecidles.

Tres palabras que definan a la novela:

Gabriel Rudas: Delirio, poder, ruptura.

Personaje femenino más interesante de la obra, por qué:

Gabriel Rudas: Zoraida Ayram. Como ocurre con los personajes más interesantes de la novela, hay que ir más allá de los adjetivos negativos de Cova. Ella entiende una dinámica de poder, de comercio, del modo de ser del capital y del deseo patriarcal en ese territorio. Para ella la selva no es la prisión absurda que ve Cova, sino una sociedad. Es en muchos sentidos un equivalente a la Madre Coraje de Brecht: no es una heroína, no es siquiera moralmente aceptable. Pero sobrevive a una lógica de guerra y, en esa supervivencia hay una lucidez que pocos en la novela tienen.

Definición de Arturo Cova:

Gabriel Rudas: Una máscara de la estupidez letrada colombiana que todavía persiste.

Cuál es el pasaje o el fragmento más memorable de la novela:

Gabriel Rudas: ¿Cuál es aquí la poesía de los retiros, dónde están las mariposas que parecen flores traslúcidas, los pájaros mágicos, el arroyo cantor? ¡Pobre fantasía de los poetas que sólo conocen las soledades domesticadas!

¡Nada de ruiseñores enamorados, nada de jardín versallesco, nada de panoramas sentimentales!

Aquí, los responsos de sapos hidrópicos, las malezas de cerros misántropos, los rebalses de caños podridos. Aquí la parásita afrodisíaca que llena el suelo de abejas muertas; la diversidad de flores inmundas que se contraen con sexuales palpitaciones y su olor pegajoso emborracha como una droga; la liana maligna cuya pelusa enceguece los animales; la “pringamosa” que inflama la piel, la pepa del “curujú” que parece irisado globo y sólo contiene ceniza cáustica, la uva purgante, el corozo amargo. (…)

No obstante, es el hombre civilizado el paladín de la destrucción.

Opinión sobre la muerte de José Eustasio:

Gabriel Rudas: Entiendo que hay unas teorías sobre un posible envenenamiento. Creo que, como pasa con Silva, esas teorías dicen más de quienes se emocionan con eso que de Rivera mismo. Hay un interés por darle un heroísmo a Rivera que no tuvo, y que de tenerlo lo convertiría un personaje histórico plano. No era un luchador como Quintín Lame o María Cano sino un letrado aspiracional como Rubén Darío, solo que no tenía posibilidad de llegar a ser lo que quería en una sociedad tan centralista y clasista como la colombiana.  Eso lo llevó a la lucidez de ver lo inviable y vacío que era ese sistema cultural y a develar los límites de esa forma de vivir la cultura. Pero en su propia vida no rechazó la búsqueda de aceptación de ese sistema. Eso lo situó en una contradicción fascinante, que se manifiesta incluso después de haber escrito la novela. Su carta a Ford pidiéndole que haga proyectos desarrollistas en el Amazonas muestra eso.

Si fue envenenado o no me parece un enigma poco interesante.

Mensaje de La Vorágine para la sociedad actual:

Gabriel Rudas: El poder actual necesita de los nuevos Barrera, de los nuevos Funes, pero sobre todo de los nuevos Cova. Ahora no son poetas sino tecnócratas, pero viven en «jardines versallescos» mientras Colombia sigue girando en el vórtice de destrucción.

Personaje con el que preferirías perderte en la selva, por qué:

Gabriel Rudas: Con Zoraida si se enamora. Con el Pipa, si logro lo que no consigue Cova (que lo vea como un amigo y no como un instrumento). Con alguno de los guahíbos que Rivera no nombra, pero para quienes la selva es un hogar.

Agradecemos a Gabriel Rudas por compartir su conocimiento sobre la obra capital de José Eustasio Rivera Salas en este efímero homenaje a la “gran novela de Colombia”. 

María Paz Guerrero

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